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Supongamos que pudiéramos compartir significados libremente, sin el impulso compulsivo de imponer nuestro punto de vista o ajustarnos al de los demás y sin distorsiones ni autoengaños. ¿No constituiría esto una auténtica revolución en la cultura?
Supongamos que pudiéramos compartir significados libremente, sin el impulso compulsivo de imponer nuestro punto de vista o ajustarnos al de los demás y sin distorsiones ni autoengaños. ¿No constituiría esto una auténtica revolución en la cultura?