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Durante un año, después de que me hicieran eso, lloré todos los días a la misma hora y durante el mismo espacio de tiempo. Eso no es algo tan trágico como posiblemente le parezca a usted. Para los que están en prisión, las lágrimas forman parte de su experiencia diaria. Un día en la cárcel en el que no se llora es un día en el que el corazón es duro, no un día en el que el corazón es feliz.