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La sociedad, tal como la hemos constituido, no tendrá lugar para mí, no tiene nada que ofrecerme; pero la Naturaleza, cuyas dulces lluvias caen sobre injustos y justos por igual, tendrá hendiduras en las rocas donde pueda esconderme, y valles secretos en cuyo silencio pueda llorar sin ser molestado. Colgará la noche de estrellas para que pueda caminar en la oscuridad sin tropezar, y enviará el viento sobre mis huellas para que nadie pueda rastrearme y hacerme daño: me limpiará en las grandes aguas, y con hierbas amargas me curará.