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Montalbano y Valente parecían no haberle oído, como si sus mentes estuvieran en otra parte. Pero en realidad estaban muy atentos, como gatos que, manteniendo los ojos cerrados como si durmieran, en realidad están contando las estrellas.
Montalbano y Valente parecían no haberle oído, como si sus mentes estuvieran en otra parte. Pero en realidad estaban muy atentos, como gatos que, manteniendo los ojos cerrados como si durmieran, en realidad están contando las estrellas.