Autores:
  • Mis padres bailaban juntos, la cabeza de ella sobre el pecho de él. Ambos tenían los ojos cerrados. Parecían tan contentos. Si puedes encontrar a alguien así, alguien a quien abrazar y con quien cerrar los ojos al mundo, eres afortunado. Aunque sólo dure un minuto o un día. La imagen de ellos meciéndose suavemente al ritmo de la música es como me imagino el amor en mi mente, incluso después de todos estos años.

    Patrick Rothfuss (2010). “The Name of the Wind: The Kingkiller Chonicle:”, p.96, Hachette UK