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¿Era la señora Wilcox una de esas personas insatisfactorias -hay muchas- que nos ofrecen intimidad y luego nos la retiran? Evocan nuestros intereses y afectos, y mantienen la vida del espíritu entretenida a su alrededor. Luego se retiran. Cuando hay pasión física de por medio, ese comportamiento recibe un nombre concreto: flirteo. Pero ninguna ley -ni siquiera la opinión pública- castiga a los que coquetean con la amistad, aunque el dolor sordo que infligen, la sensación de esfuerzo y agotamiento mal dirigidos, pueden ser tan intolerables. ¿Era ella una de ellas?