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Hay alegría en el olvido de uno mismo. Así que intento que la luz de los ojos de los demás sea mi sol, la música de los oídos de los demás mi sinfonía, la sonrisa de los labios de los demás mi felicidad.
Hay alegría en el olvido de uno mismo. Así que intento que la luz de los ojos de los demás sea mi sol, la música de los oídos de los demás mi sinfonía, la sonrisa de los labios de los demás mi felicidad.