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  • Quitarle a la gente el proceso de toma de decisiones les quita poder. También hace que sea mucho menos probable que acepten la decisión, por muy acertada que sea. La propia conciencia sigue siendo el árbitro último.

Quitarle a la gente el proceso de toma de decisiones les quita poder. También hace que sea mucho menos probable que acepten la decisión, por muy acertada que sea. La propia conciencia sigue siendo el árbitro último. - Surya Das
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