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El problema, sencillamente, es que no podemos elegirlo todo simultáneamente. Así que corremos el peligro de quedarnos paralizados por la indecisión, aterrorizados ante la posibilidad de que cada elección sea la equivocada.
El problema, sencillamente, es que no podemos elegirlo todo simultáneamente. Así que corremos el peligro de quedarnos paralizados por la indecisión, aterrorizados ante la posibilidad de que cada elección sea la equivocada.