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  • Había aprendido lo suficiente de las experiencias de la vida como para comprender que las intervenciones del destino a veces pueden leerse como una invitación para que abordemos e incluso superemos nuestros mayores miedos. No hace falta ser un gran genio para reconocer que cuando las circunstancias te empujan a hacer lo que siempre has detestado y temido más específicamente, esto puede ser, como mínimo, una interesante oportunidad de crecimiento.

    Elizabeth Gilbert (2010). "Committed: A Sceptic Makes Peace With Marriage", p.22, A&C Black.