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¡Odioso día en que recibí la vida! exclamé en agonía. ¡Maldito creador! ¿Por qué formaste un monstruo tan horrible que hasta tú te apartaste de mí con repugnancia? Dios, compadecido, hizo al hombre bello y seductor, a su imagen y semejanza; pero mi forma es un asqueroso tipo de la tuya, más horrible aún por la propia semejanza. Satanás tenía sus compañeros, sus compañeros diabólicos, para admirarle y animarle; pero yo soy solitario y aborrecible". - Frankenstein