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¿Alice?" Ella giró hacia la puerta, sus faldas girando suavemente. "¿Sí?", dijo a la fuerza. "¿Sabes lo que tengo en la mano?" "No. "¿Quieres adivinarlo?" "¿Una horca?", preguntó ella en un intento de frivolidad, con la esperanza de invocar su anterior humor juguetón. "No, querida", respondió él secamente. "Una llave de tu habitación". "¿Qué?", exclamó ella, atónita. "No me gustaría tener que usarla". "¿Tienes una llave de esta habitación?" "Mm-hmm." Dio un paso hacia la puerta, con el pánico subiendo por su garganta. "¡Te estás tirando un farol!" "¿Quiere que se lo demuestre?