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  • Nunca le dijo a su amor, sino que dejó que el ocultamiento, como un gusano en el capullo, se alimentara de su mejilla de damasco. Se sumía en sus pensamientos; y, con una melancolía verde y amarilla, se sentaba como Paciencia en un monumento, sonriéndole a la pena. ¿No era esto amor? Los hombres podemos decir más, jurar más; pero, en verdad, nuestras demostraciones son más que nuestra voluntad; pues aún demostramos mucho en nuestros votos, pero poco en nuestro amor.

    'Twelfth Night' (1601) act 2, sc. 4, l. [108]