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No volverás a tocar a nuestros hijos", gritó la señora Weasley. Bellatrix soltó una carcajada, la misma carcajada que había soltado su primo Sirius al caer de espaldas a través del velo, y de repente Harry supo lo que iba a ocurrir antes de que ocurriera. La maldición de Molly se elevó por debajo del brazo extendido de Bellatrix y le dio de lleno en el pecho, directamente sobre el corazón. La sonrisa de regodeo de Bellatrix se congeló, sus ojos parecieron desorbitarse: durante un mínimo espacio de tiempo supo lo que había sucedido, y entonces se desplomó, y la multitud que la observaba rugió, y Voldemort gritó.