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Los sentimientos de nuestro corazón, la agitación de nuestras pasiones, la vehemencia de nuestros afectos, disipan todas sus conclusiones, y reducen al filósofo profundo a un simple plebeyo...".
Los sentimientos de nuestro corazón, la agitación de nuestras pasiones, la vehemencia de nuestros afectos, disipan todas sus conclusiones, y reducen al filósofo profundo a un simple plebeyo...".