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  • ¿Crees que un pequeño estruendo puede amedrentar mis oídos? ¿No he oído rugir a los leones? ¿No he oído al mar, hinchado por los vientos, enfurecerse como un jabalí enfurecido por el sudor? ¿No he oído en el campo grandes ordenanzas, y en los cielos tronar la artillería del cielo? ¿No he oído, en una batalla campal, estruendosos 'larums, relinchos de corceles y tañidos de trompetas? ¿Y me hablas de la lengua de una mujer, que no da ni la mitad de un gran golpe al oírla que una castaña en el fuego de un granjero? Tush! Tush! Teme a los chicos con bichos. Grumio: Porque el no teme a ninguno.

    William Shakespeare (2016). “The Taming of the Shrew”, p.33, Penguin