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El progreso nunca ha sido una ganga. Hay que pagar por él. A veces pienso que hay un hombre que se sienta detrás de un mostrador y dice: "De acuerdo, puede usted tener un teléfono, pero pierde la intimidad y el encanto de la distancia. Señora, puede votar pero a un precio. Perderá el derecho a esconderse detrás de su polvera o de sus enaguas. Señor, puede conquistar el aire pero los pájaros perderán su asombro y las nubes olerán a gasolina".