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  • Pearl hizo rodar entre sus dedos una diminuta mota rosada, posiblemente parte de la nueva pierna de Rose que tanto me había esforzado en hacer coincidir. Pearl se rió y la apartó como si fueran mocos que le salían de la nariz. De repente no pude soportarlo. Me abalancé sobre ella y vio que no estaba jugando. Salió corriendo, pero la alcancé en el rellano. Le di un fuerte puñetazo en el pecho y ella se tambaleó hacia atrás, hacia atrás y hacia atrás, y entonces se tambaleó y cayó por las escaleras.