-
Parte de esta historia es completamente cierta. Y otra parte no. Como la verdad, el mal viene en todo tipo de sabores. Algunos amargos. Algunos engañosamente dulces. A veces tiene un precio muy alto. Aunque la mayoría de la gente no invita al mal a sus vidas, el pequeño y sucio secreto es que la invitación no es necesaria. Las puertas cerradas no importan. Tampoco los lujosos sistemas de seguridad. El mal es algo asombroso cuando lo piensas. Sabe cómo entrar.