Invitaciones Citas
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Cuando contemplo las cálidas e íntimas amistades de Jesús, mi corazón se llena de alabanza porque Jesús era . . un hombre. Un hombre de carne y hueso. Su corazón sentía el aguijón de la compasión. Sus ojos brillaban de ternura. Sus brazos abrazaban. Sus labios sonrieron. Sus manos tocaban. Jesús era varón. Jesús nos invita a relacionarnos con él como Hijo del Hombre. Y porque es plenamente hombre, podemos relacionarnos con Jesús con afecto y amor.
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