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Incluso a mí la cuestión de "permanecer pequeñas, dulces, calladas y modestas" me parece un problema anticuado, pero lo cierto es que las mujeres seguimos tropezando con esas exigencias cada vez que encontramos y utilizamos nuestra voz.
Incluso a mí la cuestión de "permanecer pequeñas, dulces, calladas y modestas" me parece un problema anticuado, pero lo cierto es que las mujeres seguimos tropezando con esas exigencias cada vez que encontramos y utilizamos nuestra voz.