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Kincaid, evidentemente agotado, sacó una pistola, le quitó el seguro, se la puso en el pecho y se durmió también. "Es mono", le susurré a Murphy. "Tiene una Glock de peluche.
Kincaid, evidentemente agotado, sacó una pistola, le quitó el seguro, se la puso en el pecho y se durmió también. "Es mono", le susurré a Murphy. "Tiene una Glock de peluche.