La espiritualidad surgió como una guía fundamental en Wholeheartedness. No se trata de religiosidad, sino de la creencia profunda de que estamos inextricablemente conectados unos con otros por una fuerza superior a nosotros mismos, una fuerza basada en el amor y la compasión. Para algunos de nosotros es Dios, para otros es la naturaleza, el arte o incluso el alma humana. Creo que asumir nuestro valor es el acto de reconocer que somos sagrados. Quizás abrazar la vulnerabilidad y superar el adormecimiento sea, en última instancia, cuidar y alimentar nuestro espíritu.