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Enséñales las palabras tranquilas de la bondad, a vivir más allá de sí mismos. Impúlsalos hacia la excelencia, condúcelos hacia la gentileza, jálalos profundamente hacia ti, jálalos hacia arriba, hacia la hombría, pero suavemente como un ángel que arregla las nubes. Deja que tu espíritu se mueva a través de ellos suavemente.