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Pocas leyes de nuestro Redentor se transgreden más abiertamente, o se evaden con más empeño, que aquella por la que ordena a sus seguidores que perdonen las injurias. Samuel
Pocas leyes de nuestro Redentor se transgreden más abiertamente, o se evaden con más empeño, que aquella por la que ordena a sus seguidores que perdonen las injurias. Samuel