Autores:
  • Disfrutar, en cambio, no siempre es agradable, y a veces puede ser muy estresante. Un alpinista, por ejemplo, puede estar a punto de congelarse, completamente agotado y en peligro de caer en una grieta sin fondo, y sin embargo no querría estar en ningún otro sitio. Saborear una piña colada bajo una palmera al borde del océano turquesa es idílico, pero no se puede comparar con la euforia que siente en la cresta barrida por el viento.

    Mihaly Csikszentmihalyi (2004). “Good Business: Leadership, Flow, and the Making of Meaning”, p.34, Penguin