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  • Es curioso cómo parece haber una repugnancia instintiva en el hombre por sus antepasados y parientes más cercanos. Si tan sólo Darwin hubiera podido rastrear concienzudamente al hombre hasta el elefante, el león o el antílope, cuánto ridículo y prejuicio se habría ahorrado a la doctrina de la evolución.

    Havelock Ellis (1915). "Impresiones y comentarios"