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Hay suficiente para que todos tengan lo que necesitan sin explotación. Una distribución adecuada de los recursos, incluida la educación, sin violencia puede conducir a un sistema sostenible que no estrese la ecosfera. Por el contrario, la violencia continua alimenta los aumentos de población y el acaparamiento de los productos de la extracción explotadora, que ponen en peligro la supervivencia de nuestra especie. En resumen, si queremos un futuro con humanos en la Tierra, tenemos que poner fin a la guerra.