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  • La oración tiene una importancia trascendental. La oración es el agente más poderoso para hacer avanzar la obra de Dios. Sólo los corazones y las manos que oran pueden hacer la obra de Dios. La oración tiene éxito cuando todo lo demás falla.

    Edward McKendree Bounds (1920). “Purpose in Prayer”, p.52, CCEL