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La invocación persistente del nombre del Señor rompe toda fortaleza del diablo, porque nada es imposible para Dios. Para los cristianos en estos tiempos difíciles simplemente no hay otro camino.
La invocación persistente del nombre del Señor rompe toda fortaleza del diablo, porque nada es imposible para Dios. Para los cristianos en estos tiempos difíciles simplemente no hay otro camino.