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Descubrí una verdad asombrosa: a Dios le atrae la debilidad. No puede resistirse a quienes admiten con humildad y honestidad lo desesperadamente que le necesitan.
Descubrí una verdad asombrosa: a Dios le atrae la debilidad. No puede resistirse a quienes admiten con humildad y honestidad lo desesperadamente que le necesitan.