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Los que por imprudencia o por falta de sagacidad evitan hacerlo, se ven siempre abrumados por la servidumbre y la pobreza; porque los siervos fieles son siempre siervos, y los hombres honrados son siempre pobres; ni escapan jamás de la servidumbre sino los audaces e infieles, ni de la pobreza, sino los rapaces y fraudulentos.