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Un príncipe, obligado así a saber actuar bien como una bestia, debe imitar al zorro y al león, pues el león no puede protegerse de las trampas y el zorro no puede defenderse de los lobos.
Un príncipe, obligado así a saber actuar bien como una bestia, debe imitar al zorro y al león, pues el león no puede protegerse de las trampas y el zorro no puede defenderse de los lobos.