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No somos víctimas del envejecimiento, la enfermedad y la muerte. Éstas forman parte del escenario, no del vidente, que es inmune a cualquier forma de cambio. Este vidente es el espíritu, la expresión del ser eterno.
No somos víctimas del envejecimiento, la enfermedad y la muerte. Éstas forman parte del escenario, no del vidente, que es inmune a cualquier forma de cambio. Este vidente es el espíritu, la expresión del ser eterno.