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...que aunque se nieguen a hacerse sabios, inevitablemente deben envejecer; ...que los solaces propios de la edad no son la música y los cumplidos, sino la sabiduría y la devoción; que aquellos que son tan reacios a abandonar el mundo pronto se verán expulsados de él; y que, por lo tanto, les conviene retirarse mientras aún les queden unas horas de empleos más nobles.