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No te arrodilles ante mí, eso no está bien. Debes arrodillarte sólo ante Dios, y agradecerle por la libertad que disfrutarás en adelante.
No te arrodilles ante mí, eso no está bien. Debes arrodillarte sólo ante Dios, y agradecerle por la libertad que disfrutarás en adelante.