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Nunca podremos conseguir la paz en el mundo si descuidamos el mundo interior y no hacemos las paces con nosotros mismos. La paz mundial debe desarrollarse a partir de la paz interior. Sin paz interior es imposible lograr la paz mundial, la paz exterior. Las armas no actúan por sí mismas. No han surgido de la nada. El hombre las ha fabricado. Pero incluso dadas esas armas, esas terribles armas, no pueden actuar por sí mismas. Mientras permanezcan almacenadas no pueden hacer ningún daño. Un ser humano debe utilizarlas. Alguien debe apretar el botón. Satanás, los poderes malignos, no pueden apretar ese botón. Los seres humanos deben hacerlo.