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Ya es hora de que las mujeres ocupen el lugar que les corresponde, codo con codo con los hombres, en las salas donde se decide el destino de los pueblos, el de sus hijos y el de sus nietos.
Ya es hora de que las mujeres ocupen el lugar que les corresponde, codo con codo con los hombres, en las salas donde se decide el destino de los pueblos, el de sus hijos y el de sus nietos.