-
No conozco nada más agradable o instructivo que comparar la experiencia con las expectativas, o registrar de vez en cuando la diferencia entre la idea y la realidad. Este tipo de observación nos hace cada día menos propensos a la decepción.
No conozco nada más agradable o instructivo que comparar la experiencia con las expectativas, o registrar de vez en cuando la diferencia entre la idea y la realidad. Este tipo de observación nos hace cada día menos propensos a la decepción.