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El peligro de las proposiciones tautológicas es considerable en los debates sobre el concepto de beneficios normales. Dado que los beneficios supernormales parecen invitar a los recién llegados a una industria y los beneficios inferiores a los normales parecen ahuyentar a los que ya están en una industria, algunos autores se inclinan por definir los beneficios normales como las ganancias de los recursos fijos en una industria que ni crece ni decrece en tamaño o número de empresas. Debería quedar claro que esta definición es inútil: confunde atractivo y afluencia real, deseabilidad de entrada y facilidad de entrada, beneficios nulos y rentas de monopolio.