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  • No sólo no hay ninguna garantía de la inmortalidad temporal del alma humana, es decir, de su supervivencia eterna después de la muerte; sino que, en cualquier caso, esta suposición fracasa por completo en el propósito para el que siempre ha sido concebida. ¿O se resuelve algún enigma con mi supervivencia eterna? ¿No es esta vida eterna en sí misma un enigma tan grande como nuestra vida presente?

    "Tractatus Logico Philosophicus".