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Para responder al propósito de los adversarios de la Constitución, deben probar no sólo que algunas de sus disposiciones no son las mejores, como podría haberse imaginado, sino que el plan en su conjunto es malo y pernicioso.
Para responder al propósito de los adversarios de la Constitución, deben probar no sólo que algunas de sus disposiciones no son las mejores, como podría haberse imaginado, sino que el plan en su conjunto es malo y pernicioso.