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  • Las consecuencias de las cosas no siempre son proporcionales a la magnitud aparente de los acontecimientos que las han producido. Así, la Revolución Americana, de la que se esperaba poco, produjo mucho; pero la Revolución Francesa, de la que se esperaba mucho, produjo poco.

    Charles Caleb Colton (1836). "Lacon: Or, Many Things in Few Words, Addressed to Those who Think", p.115