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No podemos estar seguros limitando nuestras libertades, como exigen algunos de nuestros líderes políticos, sino ampliándolas. No deberíamos tomar ejemplo de los líderes militares y políticos que gritan "represalias" y "guerra", sino de los médicos, enfermeras, bomberos y policías que han estado salvando vidas en medio del caos, cuyos primeros pensamientos no son la violencia, sino la curación, y no la venganza, sino la compasión.