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El ejercicio fermenta los humores, los arroja a sus canales apropiados, elimina las redundancias, y ayuda a la naturaleza en esas distribuciones secretas, sin las cuales el cuerpo no puede subsistir en su vigor, ni el alma actuar con alegría.
El ejercicio fermenta los humores, los arroja a sus canales apropiados, elimina las redundancias, y ayuda a la naturaleza en esas distribuciones secretas, sin las cuales el cuerpo no puede subsistir en su vigor, ni el alma actuar con alegría.