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Siempre piensas: "¡Oh, si tuviera un chalet en la montaña! Pero no, no lo haría. Escribiría lo mismo que escribo ahora y el resto del tiempo me volvería loca. Si esperas el momento perfecto, nunca escribirás nada porque nunca llegará. No tengo rutina. No tengo nada infalible. No hay nada infalible.