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La muerte no me preocupa. No temo a los castigos sobrenaturales, por supuesto, ni podría disfrutar de una vida eterna en la que no me quedara nada por hacer, pues la tarea de vivir estaría cumplida.
La muerte no me preocupa. No temo a los castigos sobrenaturales, por supuesto, ni podría disfrutar de una vida eterna en la que no me quedara nada por hacer, pues la tarea de vivir estaría cumplida.