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Se puede hacer esta generalización sobre los hombres: son desagradecidos, inconstantes, mentirosos y engañadores, rehúyen el peligro y son ávidos de ganancias; mientras los trates bien, son tuyos. Derramarían su sangre por ti, arriesgarían sus bienes, sus vidas, sus hijos, siempre que, como he dicho antes, el peligro sea remoto; pero cuando estás en peligro se vuelven contra ti.