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  • ...una vez más nos enfrentamos a una paradoja, pues parece que ablandar tu corazón y curar suavemente sus heridas te protegerá del mal. Construir una fortaleza y defenderte tras ella sólo te hará más vulnerable. Sanar tu propio corazón es lo más poderoso que puedes hacer para cambiar el mundo. Tu propia transformación te permitirá apartarte tan completamente del mal que no contribuirás a él ni con una palabra, ni con un pensamiento, ni con un aliento. Este proceso de curación es como recuperar tu alma.