Dentro de cada uno de nosotros existe el corazón de un león, el coraje de ser simplemente quienes y lo que somos, independientemente de las opiniones de los demás o de nuestros propios miedos. A veces este coraje ha estado enterrado bajo años de vergüenza que puede haber sido tan implícita o insidiosa que la hemos respirado, sin darnos cuenta de cómo nos separaba de conocer nuestra propia belleza de ser. Que cada uno de nosotros conozca hoy su propia belleza y su derecho a ser. Que nos dejemos caer en el corazón del león interior y le digamos a la vergüenza, cuando asome la cabeza: "¡Hoy no!".